El ascenso de las bandas de metal enmascaradas y misteriosas (Nota hecha por Hank Shteamer el 6 de aGHOSTo)

En julio, cerca del final de un debut pirotécnico en el Madison Square Garden, Tobias Forge, líder de la banda sueca de hard rock Ghost, conocida por su teatralidad oscura y sus elaborados trajes, se tomó un minuto para recordar el improbable ascenso del grupo desde el circuito de clubes underground hasta el escenario del estadio de fama mundial.

"Geográficamente no es muy lejos, pero (palabrota), es un largo camino", dijo, recordando una actuación en 2011 en el Studio at Webster Hall, con capacidad para 400 personas, a unos dos kilómetros y medio al sur. Se dirigió al público que había agotado las entradas --y cuyos teléfonos estaban guardados en bolsas Yondr-- con la mitad del rostro cubierto por una calavera metálica, flanqueado por los llamados Nameless Ghouls, una banda de músicos enmascarados y virtuosos vestidos como guardias dandis de las puertas del infierno.

El ascenso de Ghost coincide con una ola de artistas actuales cercanos a la escena metalera, pero no circunscritos a ella, que combinan elementos de misterio y tradición con una composición accesible y que mezcla géneros y, a pesar de su escasa exposición en los medios convencionales, atraen a multitudes de fanáticos.

El sexto álbum del grupo, "Skeletá", debutó en el número 1 de la lista Billboard 200 en mayo; la noche después del concierto en el Garden, Forge y compañía aparecieron en "The Tonight Show". Y la banda británica Sleep Token, que actúa con túnicas y máscaras opulentas y, al igual que Ghost hasta 2017, mantiene el anonimato total, emprenderá su propia gira de estadios este otoño. Su debut con un sello discográfico importante, "Even in Arcadia", encabezó la lista Billboard tan solo tres semanas después de "Skeletá". Otro grupo, President, está liderado por una figura que se hace llamar el Artista, que viste de etiqueta y lleva una máscara con arrugas de anciano.

La banda de metal de Iowa Slipknot provocó un fervor similar a finales de la década de 1990 y principios de los 2000 con una mezcla de agresividad primitiva e imágenes espeluznantes, y sigue siendo hoy en día un cabeza de cartel que llena estadios. En una entrevista, su cantante, Corey Taylor, reflexionó sobre las recompensas de tratar a tu banda "casi como una sala de escape" por la que los fans pueden navegar.

"Esto es más que una base de seguidores", dijo Taylor. "Es una sociedad que comparte secretos e ideas".

John Fleckenstein, director de operaciones del sello discográfico de Sleep Token, RCA, comentó que el ascenso constante del grupo desde su aparición en 2016 demostraba cómo, en la era del streaming, algunos artistas contemporáneos selectos han influido en la corriente principal sin perder su atractivo insular.

"Creo que en el mercado actual puedes ser tan nicho como quieras en términos de la música que haces", dijo, "y puedes llegar a ser tan popular como quieras en tu propio ámbito".

Alice Cooper, Kiss, Ozzy Osbourne... Grandes nombres del hard rock y el heavy metal llevan mucho tiempo apostando por una imagen extravagante. En las décadas siguientes, y en diversos escenarios, la tendencia se amplió para incluir la teatralidad tanto macabra (los caricaturescos Gwar, que escupen líquido) como glamurosa (los incondicionales del emo My Chemical Romance), así como la iconografía y la tradición de culto (utilizadas por el dúo Twenty One Pilots, que salta de un género a otro). Otros artistas, como Daft Punk, con sus famosos cascos de robot, y el rapero con máscara metálica MF Doom, ocultaban su identidad en el escenario, mientras que otros, como Tool, hacían todo lo posible por fundirse con la música.

Afuera del Garden, antes del concierto de Ghost, que contó con una puesta en escena en la que Forge, vestido como un papa malvado, parecía levitar, se percibía la devoción entre los fanáticos. Los asistentes salían en tropel de Penn Station vestidos con trajes temáticos de Ghost, que incluían pintura facial esquelética, túnicas papales y hábitos de monja que reflejaban el tema omnipresente de la banda: el catolicismo invertido de forma lúdica (Forge ha interpretado varias encarnaciones de un personaje llamado Papa Emeritus).

En una entrevista, Forge, de 44 años, quien fuera del escenario se presenta como un rockero afable y modesto, con barba de candado y cabello castaño hasta los hombros, dijo que la estética misteriosa y que oculta la identidad que Ghost adoptó desde el principio era un guiño a sus antecedentes en varias subculturas del metal. Según explicó, "estaba ahí para correlacionarse con mi forma de crecer, especialmente en los aspectos más underground y clandestinos de mi herencia musical, que tiene sus raíces en los circuitos underground del death metal y el black metal, donde la información era escasa, por decir lo menos".

"Y no solo tenías que confiar en fuentes muy rebuscadas, sino que además tenías que confiar en tu imaginación", añadió.

LeSahn Johnson, de 14 años, guitarrista de New Rochelle, Nueva York, que había venido a ver a Ghost con su madre, llevaba un traje de esqueleto completo, un sombrero de copa y una intimidante máscara metálica con una cruz invertida grabada sobre un ojo. Dijo que anhelaba asistir disfrazado a una de las actuaciones de Ghost, conocidas entre los fans como rituales.

"Siempre quise ir a un ritual y tener una máscara", dijo. "Así que este año lo preparé todo".

Mientras hablaba, otra fanática, Mia Cenholt-Haulund, de 19 años, de Connecticut, con los labios pintados en forma de alas de murciélago, un hábito y el pelo teñido de morado, ofrecía pulseras hechas a mano, cada una con una canción diferente de Ghost como tema ("Todo lo relacionado con Ghost es, digamos, perfecto para una mente artística", dijeron). La interacción parecía una versión en un universo alternativo de los cálidos intercambios que se han convertido en una tradición entre los Swifties y otros fandoms del pop.

Las eclécticas canciones de Sleep Token, concebidas e interpretadas por un genio conocido como Vessel, junto con un baterista que se hace llamar II, se inspiran tanto en el pop introspectivo y el R&B flexible como en la intensidad hirviente del metal. Los admiradores que han ayudado al grupo a acumular más de 6 millones de reproducciones mensuales en Spotify dicen que la falta de contexto real los invita a conectar más directamente con la música que con la de un grupo pop más convencional y autobiográfico (en consonancia con su habitual silencio ante los medios, el grupo se negó a hacer comentarios para este artículo).

"Creo que hay una conexión emocional muy profunda porque el ego de otra persona no se impone", comentó Sarah, de 28 años, una ávida seguidora de Sleep Token de la zona de Nashville, Tennessee, en una entrevista en video (ella ayuda a moderar foros de Reddit y Discord dedicados a la banda y pidió que solo se utilizara su nombre de pila por motivos de privacidad). "Te invitan a investir la música de lo que tú necesites" (como señala Fleckenstein, este vacío contextual alimenta una especie de mercadotecnia orgánica de boca en boca en internet: "Es casi como si cuanto menos dicen, más habla internet").

Las canciones de Forge combinan hábilmente la crudeza y el misterio del metal clásico con un drama descarado y ganchos ingeniosos, lo que da como resultado un sonido mucho más cercano al rock de estadio con encendedores en alto, como Styx, y los éxitos radiofónicos de Scorpions, que el feroz ataque de Slipknot o Slayer. Y la voz clara y aguda de Forge y sus elegantes movimientos sobre el escenario se asemejan más a los de un maestro de ceremonias elegante que a los de un imponente vocalista de metal. (Es revelador que, al dedicar el concierto del Garden a Osbourne, que había fallecido ese mismo día, Forge se centrara en lo positivo: "Para ser el Príncipe de las Tinieblas", dijo, "sin duda nos dio mucha luz"). "Intento que la gente piense o sienta, o una combinación de ambas cosas, y también, en cierta medida, teniendo en cuenta quiénes son muchos de nuestros oyentes, reconfortarlos", dijo Forge en la entrevista. "Quiero intentar que las personas que pueden haber perdido la esperanza se contagien de mi visión del futuro, que a veces puede ser demasiado optimista".

Nota extraída por INFOBAE